Si la vida te da mil razones para llorar, demuestra que tiene mil y una para soñar.Haz de tu vida un sueño y de tu sueño una realidad.
jueves, 26 de julio de 2012
Escritor francés considerado el padre de la ciencia ficción moderna. Verne fue un increíble investigador ocupado desde su juventud en adquirir una cultura científica enciclopédica y mantenerse al día de los adelantos científicos que por entonces abundaban en los países occidentales.
Julio Verne nació en Nantes, Francia, el 8 de Febrero de 1828. Fue el primogénito de Pierre Verne, un abogado burgués hijo a su vez de un juez.
El día del bautizo, su padre lo mostró a la familia y decidió que sería abogado y se ocuparía del bufete familiar después de su muerte.
Desde muy pronto su inclinación a los viajes le enfrentan a su padre e incluso intenta fugarse en un navío hacia la India. Cuenta once años, y su padre consigue detenerle en el mismo barco y le aplica un severo castigo: azotado con un látigo y encerrado a pan y agua. Pero lo que más le duele es la promesa que le obliga a pronunciar: nunca pretenderá viajar más que con la imaginación.
Verne estudió leyes en París. Sus inicios como escritor no son muy afortunados. Escribe algunas piezas de teatro y comedias que apenas logra divulgar.
En 1850 escribe una comedia ligera, Las pajas rotas que logra estrenar en París con modesto éxito. Al año siguiente publica en la revista ilustrada "El museo de las Familias" dos relatos: Martín Paz (una fantasía inspirada en las pinturas del artista peruano Ignacio Merino) y Los primeros navíos mexicanos (un cuento histórico inspirado por el Viaje al equinoccio americano, del naturalista y explorador alemán Alexander von Humboldt) y varias obritas teatrales, libretos para operetas de moda y novelas cortas.
En 1857 —traicionando la causa de su misógino grupo de amigos "Los once sin mujer"— se casa con Honorine de Viane, viuda de Morel y madre de dos hijas.
En 1861 logra juntar el suficiente dinero para viajar a Noruega e Islandia con su mujer, pero ella no puede viajar por encontrarse encinta. A su vuelta le recibe con su recién nacido hijo Michel, único fruto del matrimonio.
A principios de 1863 aparece Cinco semanas en globo, con un éxito de público extraordinario. No es una obra maestra de la literatura, pero su estilo es bueno y el público llano lo entiende con facilidad. Además, es el tipo de literatura que estaba haciendo falta en la época, y la gente lo acoge con entusiasmo. Durante dos días, en los que no duerme, visita a quince editores que rechazan su obra, pero por fin va a ver a Jules Hetzel. El excéntrico editor cree en él y le aconseja algunos cambios. Firman un contrato por veinte años para tres novelas anuales y Verne le da a la colección un título que es homenaje a Edgar Allan Poe: Viajes extraordinarios.
Apasionado de los viajes y la ciencia, elementos fundamentales en su obra, Verne despertó vivamente el interés por la ciencia y los inventos en el siglo XIX. Se le clasifica entre los escritores del siglo XIX y es el mejor exponente del entusiasmo por la revolución tecnológica e industrial de ese siglo. Aprovechó los conocimientos geográficos de sus viajes por Europa, África y América del Norte para dar a sus aventuras un estilo casi fantástico, exótico, pero con verosimilitud de la realidad.
Documentaba sus fantásticas aventuras y predijo con asombrosa exactitud muchos de los logros científicos del siglo XX. Habló de cohetes espaciales, submarinos, helicópteros, aire acondicionado, misiles dirigidos e imágenes en movimiento, mucho antes de que aparecieran estos inventos.
Para comprender mejor el ambiente científico del siglo XIX en el que Verne vivió, baste citar que el novelista es contemporáneo de Darwin (1809-1882), Mendel (1822-1884), Pasteur (1822-1895), Koch (1843-1910), Maxwell(1831-1879), Hertz (1857-1894), Humboldt (1769-1859), Marx (1818-1883). Roentgen (1845-1923) y Planck (1858-1949).
Además de su sorprendente bagaje científico, que no dejó nunca de sorprender a su editor, Verne se hizo siempre asesorar por los mejores expertos en las materias de las que escribía.
En cuestiones de estilo, se dejó siempre aconsejar por su editor, en el que tenía una fe ciega y del que aceptó casi siempre todas sus sugerencias. A su visión comercial se debe la inclusión, siempre anecdótica, de personajes femeninos que el misógino Verne olvidaba sistemáticamente.
Obras como Viaje al centro de la tierra (1864) y La vuelta al mundo en ochenta días (1873) revelaron su talento al mezclar la aventura con fundamentos científicos osados como la teoría de la relatividad del tiempo y la documentación sobre material y equipo científico.
En 1879 se compró un pequeño yate, el Saint Michel, con el que recorre el Mediterráneo. A su regreso marcha a residir a la ciudad de Amiens. Durante los dos años siguientes continúa viajando: recorre Irlanda, Escocia y Noruega (1880) Inglaterra, el Mar del Norte y el Báltico (1881).
Verne escribió numerosas novelas y cuentos entre los que se destacan Viajes extraordinarios (1863), El desierto de hielo(1866), Los hijos del capitán Grant (1867-68), Veinte mil leguas de viaje submarino (1870), De la tierra a la luna (1865), La isla misteriosa (1874), "una novela química" tal y como dice a su editor: "Estoy estudiando Química, paso mi tiempo con un profesor de Química y en fábricas de productos químicos, en las que mis trajes han atrapado manchas de las que pasaré la cuenta, pues La isla misteriosa será una novela química", Miguel Strogoff (1876), Un capitán de quince años (1878), Las tribulaciones de un chino en China (1879), El castillo de los Cárpatos (1892), El soberbio Orinoco (1897), El pueblo aéreo(1901), El amo del mundo (1904) o El faro del fin del mundo (1905), entre otras.
Su primera obra de ficción científica es también la primera novela que escribió, París en el siglo XX, y una de las pocas que no publicó en vida —se dio a la imprenta en 1994-. Se conocen otras dos obras póstumas, publicadas en París en 1989, El viaje hacia atrás en Inglaterra y Escocia, y un libro de poemas.
Las obras de Verne han sido llevadas al cine en numerosas ocasiones. La primera adaptación cinematográfica de Un viaje a la luna fue realizada por el pionero cineasta francés Georges Méliès. En 1892 fue distinguido con la Legión de Honor.
A pesar de todo su éxito profesional y económico, en el plano personal Julio Verne no fue un hombre afortunado. Fiel a su vieja norma de que el alimento del espíritu es antes que el del cuerpo, también su vida privada está supeditada, casi sacrificada, a su carrera.
Su matrimonio es un fracaso, discreto porque no hay grandes escándalos, pero desgraciado porque no hay amor. Su hijo se ha criado en un ambiente de olvido paterno y frialdad afectiva. Casi como un reflejo de la juventud de su padre, Michel Verne es rebelde y problemático.
El ritmo de trabajo que ha mantenido durante tantos años, además, produce a Verne dolencias gástricas y desmayos, además de la parálisis faciales y por fin la diabetes, que lo acabará matando. Esta enfermedad le va quitando vista y después también oído.
Julio Verne muere en Amiens el 24 de marzo de 1905. Todavía entonces está trabajando en una novela que llamaría La invasión del mar en que las aguas invadirían Europa arrasándolo todo a su paso.
Otra novela póstuma, El eterno Adán, trata de un cataclismo mundial que inunda todo el planeta haciendo que los supervivientes sufran un periodo regresivo, retrocediendo hacia el salvajismo.
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