jueves, 26 de julio de 2012

CUANDO YO ME VAYA





Cuando yo me vaya, no quiero que llores,
Quédate en silencio, sin decir palabras,
Y vive recuerdos, reconforta el alma.
Cuando yo me duerma, respeta mi sueño,
Por algo me duermo; por algo me he ido.

Si sientes mi ausencia, no pronuncies nada,
Y casi en el aire, con paso muy fino,
Búscame en mi casa, búscame en mis libros,
Búscame en mis cartas, y entre los papeles
Que he escrito apurado.

Ponte mis camisas, mi sweater, mi saco
Y puedes usar todos mis zapatos.
Te presto mi cuarto, mi almohada, mi cama,
Y cuando haga frío, ponte mis bufandas.

Te puedes comer todo el chocolate
Y beberte el vino que dejé guardado.
Escucha ese tema que a mí me gustaba,
Usa mi perfume y riega mis plantas.

Si tapan mi cuerpo, no me tengas lástima,
Corre hacia el espacio, libera tu alma,
Palpa la poesía, la música, el canto
Y deja que el viento juegue con tu cara.
Besa bien la tierra, toma toda el agua
Y aprende el idioma vivo de los pájaros.

Si me extrañas mucho, disimula el acto,
Búscame en los niños, el café, la radio
Y en el sitio ése donde me ocultaba.
No pronuncies nunca la palabra muerte.
A veces es más triste vivir olvidado
Que morir mil veces y ser recordado.

Cuando yo me duerma, no me lleves flores
A una tumba amarga, grita con la fuerza
De toda tu entraña que el mundo está vivo
Y sigue su marcha.
La llama encendida no se va a apagar
Por el simple hecho de que no esté más.

Los hombres que “viven” no se mueren nunca,
Se duermen de a ratos, de a ratos pequeños,
Y el sueño infinito es sólo una excusa.

Cuando yo me vaya, extiende tu mano,
Y estarás conmigo sellada en contacto,
Y aunque no me veas, y aunque no me palpes,
Sabrás que por siempre estaré a tu lado.

Entonces, un día, sonriente y vibrante,
Sabrás que volví para no marcharme.

(Carlos Alberto Boaglio)

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