sábado, 20 de diciembre de 2014

Frida Kahlo



«Nunca pinto sueños o pesadillas. Pinto mi propia realidad», se autodefinió la pintora mexicana, Magdalena Carmen Frida Kahlo(1907-1954). Hoy 6 de julio se cumplen 105 años de su nacimiento en Coyoacán, ciudad que la vio nacer y morir a los 47 años.
Esta artista siempre se caracterizó por sus labios rojos, sus pobladas cejas juntas, su pelo azabache recogido en un eterno moño adornado con coloridas flores, y por su fuerte personalidad, independiente y rebelde.
Con apenas 18 años sufrió un accidente de tranvía que la marcaría el resto de su vida; además de las numerosas operaciones, 32 para ser exactos, a las que se vio sometida. En ese momento, «para combatir el dolor y el aburrimiento», puso en práctica, más que nunca, las clases de dibujo que había dado, hacía cuatro años atrás, en el taller de grabado de Fernando Fernández Domínguez.
Cuando Frida Kahlo mostró su trabajo a Diego Rivera, este artista de murales se quedó impresionado. Tanto es así, que contrajeron matrimonio; pero éste sólo duraría diez años. Rivera fue quien construyó, de alguna manera, el distintivo de Kahlo, ya que la sugirió vestir con el traje tradicional mexicano, largo y colorido, y con joyería exótica.
Frida sufrió mucho durante su matrimonio porque Diego Rivera le era continuamente infiel –incluso con la hermana pequeña de la artista– y por su imposibilidad de tener un hijo, porque su pelvis, debido al accidente, estaba fracturada por tres sitios.
«Quizá esperen oír de mí lamentos de ‘lo mucho que se sufre’ viviendo con un hombre como Diego. Pero yo no creo que las márgenes de un río sufran por dejarlo correr», comentó la artista.
El inestable y complicado ambiente político que se vivía con el presidente dictatorial de los Estados Unidos Mexicanos, Plutarco Elías Calles, político y militar conocido como «Jefe máximo de la revolución», hizo que los comunistas y los simpatizantes de la izquierda, entre ellos Frida, emigrasen al país vecino, Estados Unidos.
Durante su residencia en los EE.UU. (1931-1934) «Frida empezó a trabajar en una serie de obras maestras sin precedentes en la historia del arte, pinturas que exaltaban la cualidad femenina de la verdad, la realidad, la crueldad y la pena. Nunca antes una mujer había puesto semejante atormentada poesía sobre la tela como Frida en esta época de Detroit.», expresó su todavía, por aquel entonces, marido Diego Rivera que amaba su pintura y fue su mayor admirador.
Sus obras son su vida, su autobiografía. Su pintura se caracteriza por la utilización de elementos expresionistas y surrealistas, rica encolores vibrantes y brillantes. «No sé si mis pinturas son o no surrealistas pero de lo que sí estoy segura es que son la expresión más franca de mi ser», expresó la artista.
El último año de su vida, fue un auténtico sufrimiento, ya que le amputaron la pierna por debajo de la rodilla por gangrena. Esto hizo que se sumergiese en una depresión, además de intentar suicidarse en un par de ocasiones. Sus últimas palabras en su diario fueron: «Espero alegre la salida y espero no volver jamás».

Conociendo a Frida en diez citas célebres

1. «Pies, ¿para qué los quiero si tengo alas para volar?», cita extraída de su diario.
2. «A veces prefiero hablar con obreros y albañiles que con esa gente estúpida que se hace llamar gente culta»
3. «Hay algunos que nacen con estrella y otros estrellados, y aunque tú no lo quieras creer, yo soy de las estrelladísimas», frase extraída de su carta enviada en 1927 a su novio Alejandro Gómez Arías.
4. «Pinto autorretratos porque estoy mucho tiempo sola». «Me pinto a mí misma, porque soy a quien mejor conozco».
5. «Intenté ahogar mis dolores, pero ellos aprendieron a nadar»
6. «Amurallar el propio sufrimiento es arriesgarte a que te devore desde el interior»
7. «¿Qué haría yo sin lo absurdo y lo fugaz?».
8. «Árbol de la esperanza, mantente firme», frase extraída del título de su cuadro pintado en mayo de 1927.
9. «Doctor si me deja tomar este tequila le prometo no beber en mi funeral»
10. «Yo solía pensar que era la persona más extraña en el mundo, pero luego pensé, hay mucha gente así en el mundo, tiene que haber alguien como yo, que se sienta bizarra y dañada de la misma forma en que yo me siento. Me la imagino, e imagino que ella también debe estar por ahí pensando en mí. Bueno, yo espero que si tú estás por ahí y lees esto sepas que, sí, es verdad, yo estoy aquí, soy tan extraña como tú.»

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Ojo con Ellas…
Andan por ahí, con su atrevido miedo, portando sus cuarenta y tantos, lindas, leídas, viajadas, sensibles. Ojo con ellas. Vienen de cerrar una puerta con decisión, pero sin olvido. Amaron, construyeron, parieron, cumplieron. Amaron a su hombre, dieron alas a sus crías y ahora, desentumecieron las suyas: ¡Ahí estaban! Intactas, brillantes,soberbias, majestuosas, listas para el vuelo: no ya las de un hornero, sí las de una gaviota, soberana y curiosa.
Saben de la vida y de tu hambre porque con su cuerpo han sabido saciarlas.
Expertas en estupidez y sus matices: se reconocieron inmersas en ella hasta el estupor y soportaron mucha hasta el dolor; sabrán distinguirlas, no lo dudes.
Versadas en economía, la aplican en el gesto, en el andar y en su exacta sensualidad.
Ojo con sus caderas sabias: ya se estiraron y contrajeron, se estremecieron y agitaron. Saben del amor en todos sus colores, desde el rojo resplandor al mustio gris. Sus piernas fuertes arrastran raíces todavía. Prontas a sentir, van con una vieja canción en los labios, profunda intensidad en la mirada y delicada seguridad en la sonrisa.
Pero, si esta advertencia es tardía, y descubres que ya no puedes dejar de pensar en ella, entonces, ten cuidado de ahora en más, no te equivoques, no lo arruines: no les envíes un mensaje de texto, mejor invítale un café con tiempo; no recurras al email, preferirán sin duda un poema en servilleta. No les hagas promesas, no les vendas imagen, mejor exhibe tu autenticidad mas despojada. No caigas, por rellenar, en aturdido ruido vacuo, deja que respire un silencio en común.
Vienen de quemar las naves y cambiar comodidad indolente por riesgo vital. Avanzan por un camino incierto, pero elegido. En su cartera, fotos, un perfume y algunas lágrimas. En su mirada, una decisión... Ojo con ellas…tal vez, si tienes suerte, hay una en tu camino.
Jorge Eduardo Cinto
Publicado en Escritores de Tucuman Siglo XXI

domingo, 14 de diciembre de 2014

PSICOLOGA (URDAPILLETA -TORTONESE-GASALLA)

Alejandro Urdapilleta (2008) La poséida



LPtapa
LP1
LP2
Una mujer que dirige un Instituto donde están mujeres, ¿reclusas, internas, huérfanas?. La mujer tiene a otras mujeres. En un lugar donde hay psicotrópicos, hipnóticos, pinzas para lobotomizar. Y un día en que “los negros de mierda” perdieron y ganaron “los jerarcas” (los militares del Ejército Argentino), las autoridades que hasta ese momento eran sus superiores, le dejaron el Instituto a ella, la Emperatriz.
LP3
El texto va apareciendo como una sustancia viscosa y densa. Las palabras explotan en significaciones que aluden a lo que está sucediendo en ese lugar abandonado y violado por los que ahora tienen el poder.
LP4
LP5
El texto surge, brota y muestra a la manera de los Cantos de Maldoror del conde de Lautréamont, necesariamente así, cruelmente, brutalmente. La escritura de Urdapilleta no da espacio a distracciones ni relajamientos. Escarba, desnuda, expone abyecciones: subvierte lo cotidiano hablando de lo cotidiano. De manera excelente.
El volumen incluye un relato breve, El Papa de Etiopía y una entrevista a Urdapilleta porJorge Dubatti.
(La poséida, epílogo y edición al cuidado de Jorge Dubatti, Buenos Aires, Adriana Hidalgo editora, 2008, 100 pp.)
* * *
Alejandro Urdapilleta nació en Montevideo, Uruguay el 10 de marzo de 1954 y falleció el 1 de diciembre de 2013 en Buenos Aires. Se nacionalizó argentino. Fue actor, guionista y escritor.
Obra literaria: Vagones transportan humo (2000), Viva la mentira (2001), Legión Re-ligión. Las 13 Oraciones (2007), y La poséida (2008).

lunes, 8 de diciembre de 2014

Orgullo y prejuicio Mr Darcy (soundtrack)

Pride & Prejudice - Your hands are cold

Pride & Prejudice - My Confession

A lo largo y ancho del mundo, Papá Noel tiene múltiples y variados nombres, San Nicolás, Santa Claus, Viejito Pascurero, Padre hielo,… al igual que cambian de un país a otro las historias y formas que tienen los niños de vivir la tan esperada noche.
Lo que no varía es la figura del viejecito barrigudo, de tez rosada, vestido con traje rojo y larga barba blanca que se ha convertido en el personaje principal de las fiestas de Navidad.
Pero, ¿quién es este señor al que miles de niños de todo el mundo escriben una carta contándole cómo se han portado y pidiéndole un regalo para la noche de Navidad?

La verdadera leyenda de Papá Noel

Cuenta la historia que Nicolás de Bari nació en el siglo IV en Patara, una ciudad del distrito de Licia, en lo que actualmente es Turquía, dentro de una familia rica y acomodada. Desde su niñez, Nicolás destacó por su bondad y generosidad con los más pobres, preocupándose siempre por el bien de los demás. Siendo todavía muy joven, el muchacho perdió a sus padres, presas de una epidemia de peste, y se convirtió en el heredero de una gran fortuna. A sus 19 años, Nicolás decidió dar toda su riqueza a los más necesitados y marcharse a Mira con su tío para dedicarse al sacerdocio.

Allí fue nombrado obispo y se convirtió ensanto patrón de Turquía, Grecia y Rusia.
Además fue nombrado Patrono de los marineros porque, cuenta una historia que, estando alguno de ellos en medio de una terrible tempestad en alta mar y viéndose perdidos, comenzaron a rezar y a pedir a Dios la ayuda del santo, y las aguas se calmaron.
San Nicolás falleció el 6 de diciembre del año 345. Puesto que esa fecha está muy próxima a la Navidad, se decidió que este santo era la figura perfecta para repartir regalos y golosinas a los niños el Día de Navidad.
Desde el siglo VI, se empezaron a construir templos en su honor y en 1087 sus restos fueron llevados a Bari, en Italia.
Posteriormente, en el siglo XII, la tradición católica de San Nicolás creció por Europa, y hacia el siglo XVII emigrantes holandeses llevaron la costumbre a Estados Unidos, donde se suele dejar galletas o pasteles caseros y un vaso de leche a Santa Claus.
Por cierto, como curiosidad, el nombre Santa Claus se creó a raíz del nombre del santo en alemán, San Nikolaus.
El aspecto de San Nicolás de Bari era muy distinto al que se le atribuye hoy: tenía la complexión delgada y era de gran estatura. Y el hecho de que lo representen siempre con una bolsa y tenga la fama de repartidor de regalos se debe a que, en cierta ocasión, el santo tuvo conocimiento de que la hija de uno de sus vecinos iba a casarse y su padre no tenía dinero para la dote, por lo que decidió entregarle una bolsa con monedas de oro. Así, la boda pudo celebrarse y, desde entonces, cobró fuerza la costumbre de intercambiar regalos en Navidad.

Santa Claus, una imagen moderna

Aunque la leyenda de Papá Noel sea antigua y compleja, y proceda en gran parte de San Nicolás, la imagen familiar de Santa Claus con el trineo, los renos y las bolsas con regalos es una invención estadounidense. En 1823, el escritor inglés Clement Moore escribió el poema "Una visita de San Nicolás", imaginando que Papá Noel surcaba los cielos en un trineo llevado por, al menos, nueve renos - Rudolph, Donner, Blitcher, Cometa, Cupido, Brillante, Danzante, Centella y Zorro -, y no que repartía sus regalos a pie o montando en un caballo como se había aceptado hasta entonces.
A los norteamericanos también se les responsabiliza de la imagen actual de Papá Noel. En 1931, una conocida marca de refrescos encargó al caricaturista Thomas Nast que dibujara un Papá Noel humanizado y cuya imagen fuera más cercana a las personas para su campaña navideña. Así surgió el Papá Noel vestido de rojo, con cinturón y botas negras que permanece hasta hoy en el imaginario popular, - aunque San Nicolás haya vestido a Papá Noel de verde -.
A día de hoy, la historia cuenta que Papá Noel vive en el Polo Norte acompañado de la señora Noel y de un grupo de duendes que son los encargados de fabricar los juguetes que desean los niños de todo el mundo. Cuando llega la noche del 24 de diciembre, Papá Noel carga todos susregalos en un saco y recorre el mundo dejando los regalos de los niños debajo del árbol de Navidad.


sábado, 6 de diciembre de 2014

JORGE LUIS BORGES

Todos lo llamaban el Caballero Negro; nadie supo nunca su verdadero nombre. Después de su impensada desaparición, no ha quedado de él más que el recuerdo de sus sonrisas y un retrato de Sebastiano del Piombo, que lo representaba envuelto en una pelliza, con una mano enguantada que cae blandamente, como la de un ser dormido. Alguno de los que más lo quisieron (yo entre esos pocos) recuerda también su cutis amarillo pálido, transparente, la ligereza casi femenina de sus pasos y la languidez habitual de los ojos.
En verdad, era un sembrador de espanto. Su presencia daba color fantástico a las cosas más sencillas: cuando su mano tocaba algún objeto, parecía que éste entraba al mundo de los sueños… Nadie le preguntó cuál era su mal y por qué no se cuidaba. Andaba siempre, sin detenerse, día y noche. Nadie supo nunca dónde estaba su casa ni conoció a sus padres y hermanos. Apareció un día en la ciudad y, después de algunos años, otro día, desapareció.
La víspera, cuando el cielo comenzaba a iluminarse, vino a mi cuarto a despertarme. Sentí la caricia de su guante en mi frente, y lo vi, con su sonrisa que parecía el recuerdo de una sonrisa, los ojos más extraviados que de costumbre. Comprendí que había pasado la noche en vela, aguardando la aurora con ansiedad: le temblaban las manos y todo su cuerpo parecía presa de la fiebre.
Le pregunté si su enfermedad lo hacía sufrir más que otros días.
-¿Usted cree, como todos, que yo tengo una enfermedad? ¿Por qué no decir que soy una enfermedad? Nada me pertenece, pero yo soy de alguien y hay alguien a quien pertenezco.
Acostumbrado a sus extraños discursos, nada dije. Se acercó a mi cama y me tocó otra vez la frente con su guante.
-No tiene usted rastro de fiebre y está perfectamente sano y tranquilo. Tal vez lo espantará; puedo decirle quién soy. Acaso no pueda repetirlo.
Se tumbó en un sillón y continuó en voz más alta:
-No soy un hombre real, con huesos y músculos, generado por hombres. No soy más que la figura de un sueño. Una imagen de Shakespeare es, con respecto a mí, literal y trágicamente exacta: ¡yo soy de la misma sustancia que están hechos los sueños! Existo porque hay uno que me sueña; hay uno que duerme y sueña y me ve obrar y vivir y moverme y en este momento sueña que digo todo esto. Cuando empezó a soñarme, empecé a existir: soy el huésped de sus largas fantasías nocturnas, tan intensas que me han hecho visible a los que están despiertos. Pero el mundo de la vigilia no es el mío. Mi verdadera vida es la que discurre en el alma de mi durmiente creador. No recurro a enigmas ni símbolos; lo que digo es la verdad. Ser el actor de un sueño no es lo que más me atormenta. Hay poetas que han dicho que la vida de los hombres es la sombra de un sueño y hay filósofos que han sugerido que la realidad es una alucinación. Pero ¿quién es el que me sueña? ¿Quién es ese uno que me hizo surgir y que al despertar me borrará? ¡Cuántas veces pienso en ese dueño mío que duerme!… La pregunta me agita desde que descubrí la materia de que estoy hecho. Comprenderá usted la importancia que el problema tiene para mí. Los personajes de los sueños disfrutan de bastante libertad; también tengo mi albedrío. Al principio me espantaba la idea de despertarlo, es decir, de aniquilarme. Llevé una vida virtuosa. Hasta que me cansé de la humillante calidad de espectáculo y anhelé con ardor lo que antes había temido: despertarlo. Y no dejé de cometer delito. Pero el que me sueña, ¿no se espanta de lo que hace temblar a los demás hombres? ¿Disfruta con las visiones horribles, o no les da importancia? En esta monótona ficción, le digo a mi soñador que soy un sueño: quiero que sueñe que sueña. ¿No hay hombres que despiertan cuando se dan cuenta que sueñan? ¿Cuándo, cuándo lo lograré?
El Caballero Enfermo se quitaba y ponía el guante de la mano izquierda; no sé si esperaba algo atroz, de un momento a otro.
-¿Cree usted que miento? ¿Por qué no puedo desaparecer? Consuéleme, dígame algo, tenga piedad de este aburrido espectro…
Pero no atiné a decir nada. Me dio la mano, me pareció más alto que antes, su piel era diáfana. Algo dijo en voz baja, salió de mi cuarto y, desde entonces sólo uno lo ha podido ver.
(De El trágico cotidiano, 1906)
(Incluido en Libro de sueños, de Jorge Luis Borges, 1976)

Raúl Gustavo Aguirre.

Poeta, antólogo y crítico nacido en Buenos Aires en 1927. Ligado a la corriente poética llamada "invencionismo", desarrolló una intensa actividad en el esclarecimiento de los movimientos de vanguardia, como teorizador y sistematizador de las más importantes expresiones de esa escuela. Gran parte de la labor realizada en ese sentido fue llevada a cabo durante la dirección de la revista "Poesía Buenos Aires". Allí tradujo y presentó a un sinnúmero de nuevos poetas. En 1952 presentó su Antología de una poesía nueva; en 1954, en los números 13 y 14 de la revista antes citada, publicó Poetas de hoy: Buenos Aires, 1953. "La poesía —ha escrito Aguirre— es una de las pocas posibilidades de comunicación humana cierta, tal vez la única. Ella hace posible que nos encontremos en una verdad de fondo. Que existamos: enteros, reales, libres. La poesía es verdad y belleza. Está allí, no es comprensible, no se deja apropiar, no se deja utilizar". Obra poética: El tiempo de la rosa, 1945; Cuerpo del horizonte, 1951; La danza nupcial,1954; Cuaderno de notas, 1957; Redes y violencias, 1958; Alguna memoria, 1960; Señales de vida, 1962, entre otras. Pocos como él han logrado conjugar la labor crítica con la creación poética. Murió en enero de 1983.
Todos los siguientes poemas pertenecen al libro Señales de vida (1949-1961), y fueron seleccionados por el propio autor para una antología de varios poetas publicada por el Centro de Editor de América Latina en 1968.
 

POEMAS

TU VIENES CON NOSOTROS...
Tú vienes con nosotros,
pequeña maravilla,
pequeña maravilla de los cántaros.

Vienes, y con nosotros,
bajo el sol quieto de las miserias
–el triste sol que conduce a la muerte–
están tus ojos limpios,
tu corazón que canta,
tus labios entreabiertos.
[1950]


YO
Yo reúno tus rostros tus gestos tus palabras
vivo de tus imágenes como el agua del cielo
yo te devuelvo al sol a las glicinas
al reino tuyo a tu calor
yo te desato de la noche que te olvida
te devuelvo a los días más bellos de la tierra
esta tierra que quiere ser parecida a ti
y que te necesita para maravillarme.
[1951]


EL TRIUNFO DE LAS LETRAS
Estás cansado y no ves bien
algunos te esperaban y no llegaste a tiempo
algunos te esperaban
abrirían sin miedo la puerta
abrirían sin miedo tu corazón
y tú también pero eres torpe
pierdes las señas que te dieron
pierdes el regalo en el viaje
y terminas llorando
en un bar.

Adiós
la intensidad te excede
la altura te da miedo
el sol te aplasta si te encuentra
tal vez tienes razones para huir
para estar aterrado.

Te pegaron mucho
de grande.
[1954]


PARABOLA
Ese pájaro lleva el sol en su corazón.

Cuando comience a cantar
habrá mucho silencio aún entre su música
será posible comprenderla
pero después muy lentamente
la música crecerá
y en el ardiente mediodía
en el mediodía ardiente y furioso
el pájaro y quien le seguía habrán desaparecido.
[1959]


BUENAS RELACIONES
Los prisioneros se detestan
pero a pesar de su rencor
se tratan con educación.

Los prisioneros se detestan
pero no obstante, por dignidad
jamás conversan con el guardián.

Los prisioneros se detestan
pero de noche mantiene diálogos
fingiendo que hablan solos.
[1959]

INCENDIOS Y CENIZAS
Tierra que apenas retiene la mirada,
tierra que vas cambiando
de maravilla en maravilla.

Que yo te sea fiel,
milagro de vivir,
patria de todos los milagros.

Tierra que apenas me retienes
y que a la vez me pides
el rayo y la paciencia.
[1960]

JUEGO DE NAIPES
Todos teníamos adentro
el sol
la sombra

un sol distinto para cada uno
una sombra idéntica

todos teníamos razón
cartas que dar y recibir
la mesa no era grande
la casa era de todos.
[1960]

PARA VIVIR
Para vivir,
yo busqué un sitio oscuro.
Para vivir.

Para vivir,
practiqué el mimetismo.
Para vivir.

Me compuse mil caras,
mil caras inocentes,
mil caras complacientes.
Para vivir.

Mil caras diferentes,
mi amor, mi buen amor,
mi amor que sólo tienes
la cara del amor.

Yo cavaba la tierra,
callaba, me escondía,
borré todas mis huellas,
me deshice  de todo,
mi amor, para vivir.

Para vivir,
yo busqué un sitio puro.
Para vivir.

Para vivir,
sólo había este abismo,
mi amor, para vivir.
[1960]

EL GOLPE
Antes de que ocurriera
todo era más simple.

Antes de que ocurriera
vivir era más fácil,
el sol era más limpio.

Antes de que ocurriera
el caracol subía la pared.
Cuánto dolor en la pared.
Cuánto dolor en todas partes.

Antes de que ocurriera
yo no sabía nada.
[1961]

POR ULTIMO
Haber dejado una moneda de fuego en la mano de otro,
haber atado ciertos hilos de amor y resplandor,
haber perdido algo
al salir de la casa vacía.

Haber estado. Haber acompañado,
haber estado complicado con el viento que siempre tiene razón,
con la tierra y el agua y con la hierba que siempre tienen razón.

No haber cumplido años lejos de sí mismo,
no importa si de rodillas o en medio del pantano pero cerca de sí,
o entre asuntos pendientes o torcidos desde el comienzo,
pero masticados con tus dientes.

No importa ser un objeto más o menos clasificable despreciable por los que deciden,
no importa ser superado, masacrado, tergiversado, desmentido,
con todo eso se hace la verdad.

No importa ser interrumpido
si estás al pie del árbol gigante en el día sin fin,
al pie del árbol de piedras preciosas del sueño que sólo pertenece a los hombres,
y si has podido hablar con esas piedras
y acompañar hasta su casa a alguien
en un momento duro de la noche (y vivía tan lejos).

No importa que no haya solución para nadie ni perdón para nadie,
ni si al fin estás solo en las salinas de la madrugada
haciendo todo lo posible para que salga el sol,
para que esos rostros queridos no se hundan en los rápidos de la nada
que acecha tanta maravilla.






Salvador Dalí, pintor, grabador, dibujante, escultor y escritor

Aparición de un rostro y frutero sobre la playa
Aparición de un rostro y frutero sobre la playa (1938)
Cisnes que se reflejan como elefantes
Cisnes reflejando elefantes (1937)
Construcción blanda con judías hervidas
Construcción blanda con judías hervidas
Cristo de San Juan de la Cruz
Cristo de San Juan de la Cruz (1951)
Crucifixión o Corpus hypercubicus (1954)
Crucifixión o Corpus hypercubicus (1954)
Dalí desnudo
Dalí desnudo
Dos arlequines
Dos arlequines
El Angelus arquitectónico de Millet (1933)
El Angelus arquitectónico de Millet (1933)
El Gran Masturbador
El Gran Masturbador
El hombre invisible
El hombre invisible
Nacimiento de una divinidad (1960)
Nacimiento de una divinidad (1960)
El puente roto del sueño
El puente roto del sueño
El sueño
El sueño (1937)
Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes de despertar
Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes de despertar (1944)
Jirafa ardiendo (1937)
Jirafa ardiendo (1937)
La Madonna de Port Lligat (1950)
La Madonna de Port Lligat (1950)
La metamorfosis de Narciso
La metamorfosis de Narciso (1937)
La persistencia de la memoria
La persistencia de la memoria (1931)
La tentación de San Antonio (1946)
La tentación de San Antonio (1946)
La última cena (1955)
La última cena (1955)
Leda atómica (1949)
Leda atómica (1949)
Naturaleza muerta, viva (1956)
Naturaleza muerta, viva (1956)
Portarretrato de Picasso (1947)
Portarretrato de Picasso (1947)
8D6180AE1C2DSalvador Dalí (Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech) nació el 11 de mayo de 1904 en Figueras, España y falleció el 23 de enero de 1989 en Figueras, España.