lunes, 7 de abril de 2014



  Ramona Victoria Epifanía Rufina  Ocampo nació el 7 de abril de 1890 a las 16:00 hrs. en la calle Viamonte 482 (Buenos Aires, Argentina), calle que después se llamó avenida Leandro N.Alem. Fue hija de una familia argentina rica y aristocrática, cuyos antepasados se establecieron en esas latitudes, gobernando la región desde los días de la conquista española.
  Sus padres fueron, el ingeniero Manuel Ocampo y Ramona de Aguirre de Ocampo. Fue una niña protegida en su infancia y adolescencia y se movió en un medio donde se respetaban y conservaban las tradiciones familiares.
  Desde pequeña mostró inclinación por la lectura (en inglés o en francés, especialmente en éste último), aunque nunca fue a la escuela. Sin embargo, recibió una educación muy minuciosa, ya que siempre tuvo profesoras particulares en su casa. Lo que se enseñaba a las mujeres de su clase social en esa época (comienzo de siglo) no era mucho: nociones de aritmética, ortografía, abundante catecismo e historia sagrada, algo de historia argentina, un poco de historia universal, otro poco de ciencias naturales y, además, música (piano, que era obligatorio para toda niña).
  Aquella inclinación a la lectura, unida a una notable facilidad para aprender y a una no menos notable retentiva, dio lugar a que su padre se lamentara más de una vez de que ella no hubiese nacido varón, para darle una carrera universitaria.
  El francés fue la lengua de su niñez y adolescencia, aunque su conocimiento del inglés fue perfecto y lo mismo puede decirse del italiano.
  Pocos datos tenemos de su adolescencia, ésta aparece como un cono de sombra: una joven que espera el amor, el primer contacto violento con la realidad, la muerte de su hermana Clara. Es todo lo que sabemos sobre esta etapa.
   En 1910, cuando las jóvenes no salían de su casa, y si lo hacían era para ir a misa con la mirada fija en el suelo, Victoria se bañaba en Mar del Plata, no en la playa exclusiva para mujeres, que en esa época estaba separada de la de los hombres, sino donde se le daba la gana. Bailaba tango, esa danza que para algunos "era indecencia pura", andaba a caballo con breeches y no con polleras. Además, escribía, manejaba autos y quería ser actriz, lo cual provocaba terremotos familiares.  
  El 8 de Noviembre de 1912, Victoria se casa con el profesor Luis Bernardo Mónaco de Estrada. La ceremonia religiosa se celebra en la casa de sus padres. De viaje de bodas, van a Europa, pero pocas semanas después, ella comprende que Estrada no le desagrada pero la irrita; descubre que es un hombre convencional.
  En Roma, dónde luego los lleva el viaje, ella despierta los celos de "Mónaco". Su relación se echa a perder, las peleas son cada vez más violentas, e incluso llevan a las manos. Estando casada, se enamora apasionadamente de Julián Martínez Estrada, primo de su marido, quién, tiempo después, se enamora de ella. Julián era padre soltero.   
  Una carta anónima denuncia las "relaciones" de Victoria y Julián. Mónaco Estrada enloquece. Esta carta, cuyos primeros efectos son devastadores, es también benéfica, ya que le proporciona el medio de ponerse en contacto con el primo de su esposo.
  Cuando regresan a Buenos Aires, ella y Mónaco no dormían juntos y ya ni se hablaban. No se separaron de inmediato, pero el matrimonio era sólo ficción. Victoria y Julián comienzan a verse a escondidas, en casa de él.
  En 1916 conoce a José Ortega y Gasset, un filósofo español quien ayudó en la fundación de la revista Sur.
  En 1920, Victoria se va a vivir sola, en un departamento situado en la calle Garay, cerca del parque Lezama. Dieciocho años duró la pasión; luego comenzó a entibiarse. Según su propia confesión, nunca tuvo un amor semejante.
  En 1930 fundó una revista de ideas y cultura; la revista Sur. La primera edición apareció en Buenos Aires el 1° de enero de 1931, y se editó durante cuatro décadas.
  En 1933 fallece Luis Bernardo Mónaco Estrada, su odiado esposo.Victoria, ya viuda, comienza a escribir sus "Testimonios".
  En 1936 Victoria es elegida presidente de la "Unión de mujeres argentinas". El fin de esta unión, era luchar con la reforma de la ley de 1926, sobre los derechos de las mujeres casadas. A partir de esta fecha, la unión de mujeres no dejó de luchar por el mejoramiento de la condición femenina en Argentina. Sin embargo, Victoria renuncia en 1938.
  En 1939, entre Victoria, una mujer de 49 años, y el sociólogo Caillois, 22 años menor que ella, surge una verdadera pasión.
  En 1944 Victoria asume la presidencia de un comité encargado de recaudar fondos, para Francia y sus artistas.
  En 1946, Victoria reanuda sus temporadas en Europa para escapar del clima político que había en Argentina. En su paso por París recibe un homenaje de los escritores franceses por la ayuda en su favor durante la guerra.
  El antiperonismo de Victoria la llevó a la cárcel en 1953, acusada de guardar en su casa marplatense, armas para los enemigos del régimen. Tenía 63 años. La enviaron al Buen pastor, un instituto para prostitutas.
  En 1955, Victoria Ocampo, que no ha previsto la caída del peso y ha invertido fuertes sumas en Sur, se ve obligada a reducir notablemente su nivel de vida. A los sesenta y cinco años, está casi arruinada en relación con su modo de vida anterior. Debe renunciar en parte a sus viajes, limitar sus gastos personales y tener presente el valor real del dinero. No se jacta de ello y sólo confía sus dificultades económicas a los más íntimos. A Gabriela Mistral, tras declinar una invitación que le hace en 1956, le confiesa la pérdida neta de 85.000 pesos de Sur en su 25° aniversario.
  En 1960 Victoria supera la barrera de los setenta años. La vieja dama se mantiene activa y sigue atentamente la vida literaria, siempre a cargo de la responsabilidad de Sur.
  1962, es un año muy extraño en la vida de Victoria, un año negro marcado por la pérdida de seres queridos, pero también un año feliz, con condecoraciones y homenajes. Además, en este año, el gobierno argentino ofrece a Victoria Ocampo el cargo de embajadora en la India, pero no lo acepta invocando su avanzada edad, y por temor a cambiar sus hábitos de vida.
  En enero de 1973, Victoria dona a la UNESCO sus casas de San Isidro (con su mobiliario y sus colecciones) y de Mar del Plata.                                                                                                       
  Para una mujer que amaba la vida como Victoria; que amaba el mundo y todo lo que éste le dio; que conoció tanta gente a lo largo de su vida; para una mujer cargada de años y de amigos, y a quien la carga de años ha ido, a su vez, cargándola de muertos, la muerte no puede dejar de ser un tema siempre presente. Sin embargo, para ella, la muerte significaba una partida, un viaje a otro lugar para seguir mirando las mismas cosas desde otro ángulo que tiene mucho de misterio... esto le ayudó a superar más fácilmente la muerte de sus seres queridos.
  Victoria Ocampo muere el 27 de enero de 1979.
Victoria Ocampo, Intimidades de un visionaria,
Laura Ayerza de Castilho Odile Felgine,
Ed.  Sudamericana
Frente y perfil de Victoria Ocampo, Alba Omil, Ed. Sur

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