Mi amigo baja de los montes
le gusta andar por ahí curando gente,
llenar las tardes de poesía,
con la marca del sol sobre la frente.
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Mi amigo llega justo a tiempo,
y cuando él aparece siempre hay fiesta,
suele cambiar nuestra agua en vino,
dejando atrás el miedo y la tristeza.
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Él mira lo profundo que duele en cada vida,
nos quiere hasta el extremo,
sabiendo que sin duda,
sólo el amor ,cura la herida.
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Mi amigo fué quien me ha enseñado,
a buscar entre los pobres la riqueza
y a mirar con ojos limpios,
para encontrar en todo la pureza.
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En fin, mi amigo me ha llevado
a la cima más alta, y sin atajos,
yo siempre quise ir hacia arriba,
pero llegué yendo hacia abajo.
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Caminaba entre el pueblo, y qué feliz la gente
al mirarse al espejo,
y descubrir la misma
marca del sol en cada frente.
CARLOS SEOANE
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