domingo, 9 de septiembre de 2012

A mi abuela

Alargado óvalo, severo,
pliegues del negro vestido?
Joven abuela, ¿quién besaba
tus labios altivos?
Esas manos que en salas de palacio
tocaban un vals de Chopin?
A cada lado del rostro helado,
bucles en espiral.
Mirada oscura, directa, exigente,
mirada lista para el combate.
Las jovencitas no miran así.
Joven abuela, ¿quién eres?
Cuántos sucesos te llevaste,
cuántos sueños imposibles,
al insaciable seno de la tierra,
polaca de veinte años.
El día era inocente, el viento fresco.
Las sombrías estrellas morían.
Abuela, esta cruel tempestad
en mi corazón ¿no me viene de ti?
En: El canto y la ceniza. Antología poéticaTrad.: Mónika Zgustova y Olvido García Valdés Galaxia Gutenberg
TsvetáievaMoscú, 1894 - Yelábuga, 1941
Con Ana Ajmátova, fue posiblemente la poeta rusa más influyente del siglo XX. Su primer libro, Álbum de la tarde, se publicó en 1910. Mantuvo una estrecha relación con su compatriota Boris Pasternak y con Rainer Maria Rilke. Desterrada, se ahorcó en 1941.

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